¿Queréis acompañar a mi mente en el río?
¡¡¡Puf!!! Llegados a ese punto, te das cuenta de que el cuerpo está temblando de frío. ¡¡Calma, calma!! Concentración. Lo que importa ahora son las medidas. Fuera pensamientos. No les prestas atención. Los dejas ir, como si observases a un tren con sus vagones pasar delante de ti.
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