Este poema fue escrito quince días antes de la botadura del velero.
Rodeada de una presión externa indescriptible y de una ilusión interna infinita, sentía que se estaba generando en mi alma un potente cóctel. Me sentía incapaz de gestionarlo.
Momento: última etapa de los trabajos de astilleros que se prolongaban mucho más de lo deseado.
Cada día, mi mirada se clavaba en las velas plegadas y mi mente imaginaba…
Así surgió este segundo poema.
Algo dentro de mí, me impulsó a intentar escribir poesía. Rondaba por mi mente durante tiempo, así que me lancé a este mundo.
Sentimientos ordenados con rima,
métrica y versos buscando un soneto
2 comentarios