Vivir con pasión

 

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Es en esos momentos cuando se valora la efectividad de una fortaleza mental y emocional. Recordad que un ganador es un perdedor que jamás se dio por vencido. Lo primero que hay que hacer es convertir lo imposible en improbable y después lo improbable en posible.

Y en medio de tal amalgama de recuerdos y sensaciones, con este final -que en realidad es un inicio- cercano en potencia, y liberándome de la vorágine del mundo en estas semanas navideñas, me evocan un par de reflexiones que aquí os las dejo por si os aportan algo:


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Es un periodo de emocionarse día tras día, pensamiento tras pensamiento, logro tras logro, reto tras reto.
Es muy intenso el sentir. Muy profundo. Cada sensación parece tatuar con fuerza mi alma. Un tatuaje que no se borrará jamás. Es una huella de identidad.


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El camino no ha sido fácil. Junto con el desconocimiento inicial y por completo de todos los oficios relacionados con su rehabilitación, se unen problemillas. Pero no es de eso de lo que os quería hablar. Simplemente soy consciente una vez más, que con tenacidad, perseverancia.


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Me encontraba extraña… por primera vez no fui capaz de proponerme nada de esa lista inacabable de tareas. “Huy, huy, huy… realmente la energía se me disipó”, pensaba para mis adentros. “No es normal… Y, ¿si no recupero esa fuerza para terminar la rehabilitación?”.


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Se cumplía un año, -¡un año entero ya!- y todavía seguía en tierra. De repente me pareció que botar el velero iba a ser misión imposible. Mi energía para seguir actuando de armadora se esfumaba a la velocidad de la luz. Percibía que me había infiltrado en una historia interminable…


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¿Cómo empezar? Podría escribir un libro de esta aventura, quien sabe si algún día me sobra tiempo y me pongo a ello… Labores de rehabilitación en el barco, que comencé el 1 de octubre del 2013. ¡Qué lejos parece ese inicio! Fin de semana, tras fin de semana.


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El mar, la mar… son palabras mayores. Desde pequeña fue una especie de misterio para mí y una búsqueda insaciable. Búsqueda, ¿de qué? No lo sé con certeza. Me atraía. Es mágico, inmenso, relajante, lleno de libertad, colmado de energía positiva y rebosante de aventuras.

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