Laki, una de las erupciones más largas de la historia
Cambiamos de escenario completamente y del hielo pasamos al fuego. ¡Sí, así cómo lo oís! Islandia es una especie de enorme meseta con una altitud media de 500 metros. Una gran cantidad de fiordos recortan su costa, sobre todo al noroeste. Pero, ¿sabéis qué es lo que hace que sea un país tan especial? Esta isla se encuentra entre la separación de las placas tectónicas Euroasiática y Norteamericana, en lo que se llama rift. En concreto, forma parte de la llamada Dorsal Mesoatlántica, que es la cordillera a lo largo de la cual la corteza oceánica se forma y se propaga.
Además, la isla se ubica sobre una gigantesca caldera magmática donde se va acumulando el magma bajo la corteza terrestre. Es por tanto una isla de origen volcánico y hay una alta actividad geológica. Por otro lado, debido a la latitud elevada, tiene una gran extensión cubierta por glaciares, en concreto el 12% de la totalidad de la isla.
Este rift o separación de las dos placas continentales cruza a Islandia de suroeste a norte. ¿Sabéis que se separa 3,5 centímetros al año? Muy significativo y asociado al rift son los volcanes activos que hay. Los volcanes más importantes son el Hekla con 1477 metros de altitud y Laki.
A este último nos dirigimos, es el volcán de fisura más largo del mundo, tiene 25 kilómetros de longitud donde se encuentran 135 cráteres alineados. Desde la costa sur, tomamos la pista que nos conduce a este entorno tan peculiar. Ya desde la costa se observan los campos de lava (“hraun” en islandés) que tienen un promedio de 12 metros de espesor.
La última erupción ocurrió entre 1783 y 1784 y duró 8 meses, ¡sí, una barbaridad! 225 días ininterrumpidos entre el primero y el último episodio, emitiéndose 565 km2 de lava. Murieron 9000 personas y el 75% del ganado. Vapores sulfurosos acidificaron el ambiente y gran parte de las muertes se produjeron por la neblina tóxica. La lluvia ácida generada afectó al menos a todo el hemisferio norte, viéndose comprometidas las cosechas.
El ambiente está nublado, bastante. De vez en cuando la lluvia viene a saludarnos, pero es una lluvia suave, no cómo la de la fuerte tormenta de días anteriores. Y lo mejor de todo, cuando llegamos al extremo más norte de esta alineación kilométrica de volcanes de fisura, la niebla es alta y nos permite ontemplar estos 25 kilómetros de volcanes alineados hacia el sudoeste.
El recorrido que hacemos por este paraje nos lleva día y medio, pues la pista sobre estas coladas de lava obliga a llevar una marcha lenta que ayuda a disfrutar del paisaje. Terminando el recorrido y regresando de nuevo a la costa sur, observamos cómo la lluvia con una densa niebla baja se han apoderado del entorno por el que nos hemos estado moviendo. ¡Hemos tenido suerte!
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